La gran familia : La madre y sus hijos, con su singularidad, dan vida al pueblo. Atraen miradas curiosas y sonrisas espontáneas mientras recorren las calles. Vestidos con colores vibrantes, llaman la atención desde lejos. Su energía contagiosa se refleja en cada paso que dan.
Al ritmo de una melodía alegre, la familia especial desfila animadamente. Los niños riendo, la madre sonriendo, crean una atmósfera de alegría. Los lugareños se suman al desfile, sintiéndose atraídos por la energía positiva que irradian.
Es un pasacalles único, lleno de sorpresas y sonrisas. Los vecinos, desde sus ventanas, aplauden y vitorean a la colorida procesión. Los niños, con sus travesuras, añaden un toque de diversión a la escena.
Los aromas de las cocinas locales se mezclan con la música, creando una experiencia sensorial única. La madre, con su carisma, saluda a cada persona que se cruza en su camino. Los niños, con sus trajes extravagantes, despiertan la imaginación de todos los presentes.
Al finalizar el recorrido, la familia especial deja una huella de felicidad en el pueblo. Su singularidad se convierte en inspiración para todos los que los rodean. Los lugareños, con una sonrisa en el rostro, recuerdan con cariño ese día en que el pueblo cobró vida gracias a ellos.
La compañía necesitaría ver el recorrido unos días antes de hacerlo para cerciorarse de que no haya desniveles y que las calles tengan mínimo 1.5 m de ancho y 2 m de altura.
El espectáculo duro 60 minutos .
